VIDA EN EL UNIVERSO
La Humanidad en el Universo.
El desarrollo de las teorías científicas tiene lugar en un territorio social y cultural que posee componentes eticos, religiosos, economicos y politicos. Por lo tanto, todo el andamiaje conceptual como fundamento de una teoría científica del espacio, del tiempo y del universo aparece bajo las condiciones de una idea acerca de cuál es el lugar del hombre en el cosmos.
En consecuencia, la cosmología moderna como representación humana de la totalidad del espacio que es el universo y la totalidad del tiempo que es la historia del universo aparece también condicionada por el contexto inevitablemente y abierta a eventuales correcciones teóricas.
¿Estamos solos en el universo?
¿Estamos solos en el universo?
Ha sido la gran incógnita que hasta ahora la humanidad no ha podido resolver con certeza. De hecho, nuestra cultura a menudo se ha movido mucho con solo la posibilidad de hallar otro tipo de vida inteligente. Todo tipo de preparaciones, hipótesis, teorías científicas y conspiranoica han surgido a raíz del tema. Sin embargo, hoy tenemos un nuevo análisis que refuta todo lo que hemos creído en cuanto a extraterrestres.
Investigadores de Future of Humanity Institute, perteneciente a Oxford University, fueron los responsables de este hecho. En un estudio publicado en Proceedings
of the Royal Society of London señalaron que muy probablemente no exista vida inteligente, al menos en nuestra galaxia.
Anders Sandberg, Eric Drexler y Toby Ord, investigadores de
la Universidad de Oxford, acaban de publicar en arxiv.orgun demoledor
artículo en el que reinterpretan con rigor matemático dos de los pilares de la
astro-biología: la Paradoja de Fermi y la Ecuación de Drake. Y sus conclusiones son que, por mucho que
las busquemos, jamás encontraremos otras civilizaciones inteligentes. ¿Por qué?
Porque, sencillamente, no existen.
La mayor
parte de los astrofísicos y cosmólogos de la actualidad están convencidos de
que "ahí arriba", en alguna parte, deben existir formas de vida
inteligente. Es la conclusión lógica de pensar en la enormidad del Universo:
miles de millones de galaxias, con cientos de miles de millones de estrellas
cada una y billones de planetas orbitando alrededor de esas estrellas.
Lo abultado
de estas cifras, consideran esos científicos, convertiría en una auténtica
"perversión estadística" la mera idea de que la inteligencia hubiera
surgido solo una vez en un sistema de tales proporciones. ¿Pero qué pasaría si
la posibilidad más inverosímil resultara ser la correcta y resultara que, a
pesar de todo, estamos completamente solos?
Por eso,
Sandberg, Drexer y Ord han tratado de reducir al máximo ese enorme grado de
incertidumbre, ciñéndose a los mecanismos químicos y genéticos plausibles. Y el
resultado, afirman, es que "hay una probabilidad sustancial de que estemos
completamente solos".
Según los tres investigadores de Oxford, los cálculos hechos hasta
ahora sobre la probabilidad de que exista vida inteligente fuera de la Tierra
se basan en incertidumbres y suposiciones, lo que lleva a que sus resultados
tengan márgenes de error de "múltiples órdenes de magnitud" y, por lo
tanto, inaceptables.
Según la
paradoja de Fermi, formulada en 1950 por el físico italiano Enrico Fermi, solo
en nuestra galaxia hay tantas estrellas que, teniendo en cuenta la edad del
Universo, incluso la más pequeña probabilidad de que surja vida inteligente
significaría que la Vía Láctea debería estar repleta de tales civilizaciones, y
que por lo menos algunas de ellas deberían haber sido ya detectadas por la
Humanidad. Pero a pesar de todos los esfuerzos, no ha sido así. De ahí la
paradoja.
En 1961, el astrónomo norteamericano Frank Drake trató de encuadrar la paradoja de Fermi en un marco analítico y desarrolló la famosa ecuación que lleva su nombre para estimar el número de civilizaciones inteligentes que podrían existir en nuestra Vía Láctea, independientemente del hecho de que no podamos verlas.
En 1961, el astrónomo norteamericano Frank Drake trató de encuadrar la paradoja de Fermi en un marco analítico y desarrolló la famosa ecuación que lleva su nombre para estimar el número de civilizaciones inteligentes que podrían existir en nuestra Vía Láctea, independientemente del hecho de que no podamos verlas.
Comentarios
Publicar un comentario